Los nombres propios nombran a un ser o a un objeto, distinguiéndolo de los demás seres de su misma clase, se escriben siempre con letra mayúscula a principio de palabra. Los lingüistas hacen mayor hincapié en las divergencias de referencia, entre nombres propios y nombres comunes. Así, suele decirse que el sustantivo propio no tiene como referente ningún concepto. El asunto de la traducción de los nombres propios parecería una cuestión de gusto personal del traductor pero vemos también que en algunas épocas es más frecuente traducirlos, y en otras, por el contrario, se prefiere dejar esos nombres en su forma original, tal vez con algunas adaptaciones ortográficas. Parecería entonces cuestión de modas. Pero, evidentemente, la cuestión es mucho más compleja.
Los nombres propios, en teoría, no deberían traducirlos. Al carecerse de significado y de todo valor connotativo, como es frecuente decir, no presentan en principio ningún problema para el traductor, que debería limitarse a ofrecer una mera transcripción de los mismosز
antropónimo, nombre propio, sobrenombre, traducción, nombre común .